Del mar los vieron llegar Mis hermanos emplumados Eran los hombres barbados De la profecía esperada Se oyó la voz del monarca De que el dios había llegado, y les abrimos la puerta Por temor a lo ignorado Iban montados en bestias Como demonios del mal iban con fuego en las manos Y cubiertos de metal Solo el valor de unos cuantos Les opuso resistencia, y al mirar correr la sangre Se llenaron de vergüenza Porque los dioses no comen Ni gozan con lo robado, y cuando nos dimos cuenta Ya todo estaba acabado Y en ese error entregamos La grandeza del pasado, y en ese error nos quedamos 300 años esclavos Se nos quedó el maleficio De brindar al extranjero, nuestra fe, nuestra cultura Nuestro pan, nuestro dinero Hoy le seguimos cambiando Oro por cuentas de vidrio, y damos nuestra riqueza Por sus espejos con brillo Hoy, en pleno siglo XX Nos siguen llegando rubios, y les abrimos la casa Y los llamamos "amigos" Pero si llega cansado Un indio de andar la sierra, lo humillamos y lo vemos Como extraño por su tierra Tú, hipócrita, que te muestras Humilde ante el extranjero, pero te vuelves soberbio Con tus hermanos del pueblo Oh, maldición de Malinche Enfermedad del presente, ¿cuándo dejarás mi tierra? ¿Cuándo harás libre a mi gente?