Yahvé, mi roca y mi baluarte, mi liberador y mi Dios: la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación. (Salmo 18, 3 – BJ) Yahvé es el Dios que me ha salvado, confío en Él, no temo más. Yo canto de alegría pues me da su amor. Y saco agua del manantial de su cariño. Abre nuestros ojos a lo hermoso del momento. El comienzo de otro día más. Yahvé es el Dios que me ha salvado, confío en Él, no temo más. Yo canto de alegría pues me da su amor. Y saco agua del manantial de su cariño. Quédate en nosotros, aun cuando caminamos. a la verdad y belleza de la amistad. ¡Paz y Alegría en el Dios de la Vida! ¡Claro que sí! Porque tú eres el Dios vivo que ha bajado del cielo como maná bendito Y como el amigo, te nos entregas en ese pedazo de pan como signo de amor infinito. Yahvé es el Dios que me ha salvado, confío en Él, no temo más. Yo canto de alegría pues me da su amor y saco agua del manantial de su cariño. Al caer la noche y el trabajo ha terminado. Danos descanso y gozo en la amistad. Yahvé es el Dios que me ha salvado, confío en Él, no temo más. Yo canto de alegría pues me da su amor. y saco agua del manantial de su cariño. Llévanos más lejos de la experiencia de este día. a tu profunda vida e infinito amor. Yahvé es el Dios que me ha salvado, confío en Él, no temo más. Yo canto de alegría pues me da su amor. y bebo agua del manantial de su cariño.