¡Oh Niño Dios!, mi dulce Salvador, Miro en tus ojos tu inmensurable amor. Con tu presencia de alegría y humildad, Nos haces nuevos en cada Navidad. ¡Oh Niño Dios!, mi Divino Redentor, Miro en tus ojos tu incomparable amor. Traes al mundo tu paz y tu fulgor, Cual luz que emana de la fuente del amor. Cual presagio de un futuro bendito Te revelas en gloria y majestad. Los Magos del Oriente y humildes pastorcitos, Incienso, mirra y oro, son signos de amistad. Te han buscado los Magos del oriente, Presurosos del saliente hasta el poniente. Reconocen tu alcurnia y en reverente acción, Con todo el universo te dan su corazón. ♪ Paz y Alegría en el Dios de la Vida ♪ Cual presagio de un futuro bendito, Te revelas al mundo en gloria y majestad. Los Magos del Oriente y humildes pastorcitos, Incienso, mirra y oro, son signos de amistad. Te han buscado los Magos del oriente, Presurosos del saliente hasta el poniente. Reconocen tu alcurnia y en reverente acción, Con todo el universo te dan su corazón. ¡Oh Nino Dios!, mi divino Salvador, Miro en tus ojos, tu incomparable amor. La estrella del oriente ilumina tu pesebre, Brillando alegremente... Al nombre de Jesús.