Ahora que parece buen momento, que descansas en silencio acostada en la cama. Ahora que por fin ya se ha calmado el latido acelerado de tu larga jornada. Deja que me acerque para hablarte al oído del tiempo que he perdido aquí de pie. Por no comprender antes que mirarte no es bastante, o quizás para mis ojos sí lo es. Pero hay otras partes de mi alma y de mi cuerpo que me piden estar cerca de tí. Incluso algunas dentro, pero te hablaré de eso más tarde, cuando acabe esta canción. Que no quisiera que supiera nadie más que tú las cosas que te digo bajito y al oído cuando me acerco a hablarte así.