Fallecieron con descaro, no llegaron a viejos. Los gusanos se cebaron con sus tristes pellejos. Padecieron la agonía de la estafa rastrera. A saber dónde andarían si sus cuerpos vivieran. Y despierta bruscamente a sus viejos maestros El recuerdo decadente de pupilos siniestros. Y sus madres, convertidas en las madres de nadie, Continúan con su vida y su vida es un fraude. Convertidas con su vida es un fraude rastrera. El recuerdo bruscamente sus pellejos vivieran. Fallecieron en sus madres de pupilos gusanos. Y siniestros de la estafa continúan a viejos. Exhumad sus calaveras, que despierten y evoquen Las canciones más horteras de los coches de choque Y los himnos caducados del senil cancionero Sobre aquellos desgraciados y sus chupas de cuero. Que desfilen los fantasmas de los años ochenta, Que repasen sus miserias y que pierdan la cuenta. Que relaten las bravatas de sus mil cicatrices Y que brinden con las ratas por los tiempos felices.