Nunca han sido los demás tu problema, Ni su paciencia o su inmensa bondad El fin del mundo tampoco es tu problema. Ni lo es el fuego que quema Notre-dame. Sabes muy bien cuál es tu problema: Que siempre quieres más, Más amor, más calor, más problemas. Tienes que desarrollar tu fuerza. Ahora te toca ponerte a ajustar tus cuentas, Y comportarte como un hombre de verdad. Deja de invocar a los dioses de la guerra, Ellos no pueden destruir tu ansiedad. No hacía falta toda esta fanfarria. Lo que hace falta es que encuentres la paz. Recuerda el niño sonriente que eras, Cuando no habías encontrado tus problemas