Boca de lobo en tus pupilas, La noche vestida como aquel primer día En el despertar del viento caído. Sueños de oro, las pesadillas, Cabezas doradas muertas al alba. Fantasías que duelen, fantasías que matan. Hoy voy a darte todas mis manos Como vieja lumbre en la niña aurora Sobrevolando las grises cenizas. Amar-morir, amar-matar, Arando con nuestro amor cielo e infierno, Pudiendo sublimes como nace el invierno. Voy a sacarte de la niebla de carne Que nos ciega las voces, que nos mutila el alma, De allí saldrás, mi amor, con corona de hada. Nos vamos a hundir en balsas oscuras, Será nuestra luz la de mil candiles De una feria desnuda de sirenas y espinas. Una canción de margarita Con sangre bonita en nuestras venas, Al ritmo del corazón que sigue latiendo. Sin confundir, sólo latiendo, Sin confundir, sólo latiendo. Seremos hermanos, hermanos de vino. Seremos hermanos de incesto divino. Hermanos de corazón, hermanos de sangre.