Hoy te invitamos, hermano, Que vayamos a Sión; A la ciudad del gran Rey, En donde more mi Dios. A la diestra del Dios Padre, Por Jehová, mi Dios de amor; Ciudad deseada, oh bendita Gloria, En donde gozan de tu presencia los santos: Oye los llantos de los que aquí imploran; No te quedes, hermano, Escucha la voz de Dios; Ve que Cristo nos invita, Para la ciudad de Sión. Allí se espera un banquete, Preparado con esmero, A las bodas del Cordero // No desprecies, hermano, Esta grande invitación; Ve que Cristo nos invita, Para la ciudad de Sión. A gozar de aquel banquete, Preparado con esmero;