En Aquel Tiempo Yo tuve el corazón capaz de lluvia. Ocurría febrero con sus alas Y el tiempo digital nos puso juntas Las manos y los ojos y los cuerpos: Toda la tierra que el amor excusa. Igual que el viento en las banderas altas Se comportó en nosotros esta música. Me fui quedando acompañado y cierto, Entendido en los bosques de mi jungla, Leñador orgulloso de raíces Que no debieron nunca estar ocultas. Lo de siempre se puso a ser distinto: El mar entero cupo en una urna, El hielo de los vasos provenía De una lejana nieve, nuestra y única, Mis manos migratorias se quedaron A vivir en tu tierra más profunda Y en mi boca, de siempre descontenta, Dimitían de pronto las preguntas. Presenciadas por dos cambian las torres, La muerte aplaza sus gestiones últimas Y estar vivo se agita y condecora. La muerte debe ser como un espejo Donde uno mira y mira sin ver nunca. Ven cerca. Más. Que entre los dos no quepa Ninguna muerte ni ninguna duda. Te hablo desde febrero y desde siempre: Sabemos del amor por lo que alumbra, Por lo que tuerce y acrecienta y rige, Por su forma de andar en la penumbra… Y así, sobre semanas perseguidas Izamos con esfuerzo nuestra alma. - Manuel Alcántara -