En el quinto estaba La ranchada de los paraguayos, Mezcla rara de gratas, Trafico caño y vagayos. La ampais anal, cerrado combite de comida regional. Algún camionero conversador, algún sarpado y gil. Buena gente de pipa, Justa, sonriente y callada. Aunque estén pagando mucho. Siempre comparten su poco. También un viejito loco, Debutando en su primera vez Por ir en busca de una heladera, Que no era suya, Que huya! Era de su vecino farabrino, Se la bancaron de Paraguay, Mejor alegría no hay, El flaquito callado pagaba, Por ensartar a un yuta Que trato a su novia de puta, El peticho gordito cocinaba, Antes manejaba un camión Un carga vegetal. Que tal? No habrá ninguna igual No habrá ninguna, No habrá ninguna igual, No habrá ninguna. Que mala fortuna! Habían otros pero ellos resaltaban, Eran hombres que pagaban lo que otros zafaban . Botín a los cuatro vientos No se aguanta estar adentro, Algunos están por nada... Algunos están por nada... Ohhhhh ohoohh!