He tapizado cielo y horizonte con oraciones punzantes, Y ahora ¡Cuántos corazones sangrantes veo de repente! Culpable de usurpar el trono de toda deidad, De desvendar la verdad y liberar al creyente Comprendo perfectamente que un mediocre deficiente Se refleje incompetente frente a mi alto coeficiente, Que conciba mi ofensiva esgrima verbal como hiriente, Y suprima su autoestima hasta que sienta que no siente Poneros en mi contra, es lo más inteligente, Ya que el sabio escoge siempre como enemigo al más fuerte Si decides odiarme seré tu mejor referente, En cuestiones de aversión soy un cabrón omnipotente No se ve viveza alguna tras el lente De unos ojos que permanentemente contemplan muerte Si de un trébol depende mi suerte debí quemarlo, Cuando incineré mi prado de sueños y lo hice páramo Y ahora duermo en un yermo insomnio devastado, Inocente de mi estado y culpable del atentado Que cometo cuando acometo con otra obra maldita Plagada de futuras citas de lírica ilícita -Déjalos ya Solitario, y no te cebes, Que recojan con vergüenza su vergüenza y sus enseres, Déjalos que marchen lejos, para que lejos se lleven La derrota y el consejo de no joder con quien no deben.- Quizá no debiera mostrar tan ostensiblemente Este simple 2% del potencial de mi mente... Mi mayor acto de humildad sería coserme la boca, Ya que su canto provoca humillación al idiota No deberían tenerme miedo, al fin y al cabo, Soy el más benevolente de todos los diablos que han profetizado, A menos que me proponga ser el más desalmado, Pues la maldad es cualidad inmanente a este mal estado ¿Quieres medirte con gigantes que ni ves? El ego traicionero te empuja a la insensatez Más de un sensible piensa que le mencioné: Si te tirase una frase dejo acromática tu tez ¡Joder! les hago daño hasta sin querer, ¿No lo ves? Se escapa de su alcance tal nivel Quieren objetar lo que no logran entender, Mejor que se traguen mi semen y exclamen "Amén" Soy un malhablado, un cerdo, un grosero, Un maleducado, un lo otro, un lo aquello... La antítesis del poeta convencional, Un virtuoso de la ofensa y un maestro del improperio No tengo cura ni remedio, Ni olvido ni perdono, Rabia y odio en mi repertorio Este buen samaritano sólo avisa: Cuidado con el tipo de mierda que pisas.