Una mujer cananea estaba en necesidad Clamaba deseperada era mucha su anciedad Su hija era atormentada por espiritus del mal Por eso determinada a jesus salio a buscar Y dando voces tras el humillada le grito De mi ten misericordia yo se que digna no soy De comer pan de tu mesa mas te pido de favor Que coma de las migajas cual perro de su señor Oh mujer grande es tu fe hagase como has creido Y desde ese momento su hija sana quedo fue a la mujer Cananea que su deseo concedio Un corazon humillado jamas dios rechazara No importa las circunstancias tampoco necesidad Si te acercas a el confiado y te humillas de verdad Igual que ala cananea tu deseo concedera.