Creciste entre oraciones muy devotas, Lo buscaste y te encontraste entre curas, Te comieron la cabeza con sus dogmas Y tu familia creyente todos los días. Y poco a poco fue pasando el tiempo en La fábrica, que construía sus adentros Comulgaste, el cura te sonreía, Te vio aptitudes de acolito de iglesia, no por llevar vinito, Ni por llevar las ostias, Sino por el tipito que escondían las sotanas. Después de misa se sacó el alzacuello y Tu realidad se fue poco a poco oscureciendo. Cerró el pestillo dijo: Ven aquí hijo, ponme mi vino que hoy está de vicio. Nunca te arrepentirás de lo que hoy aprenderás, e Sto queda entre tú y yo, nadie lo sabrá jamás. Respira niño y cuando puedas di amén, a L cuerpo de cristo no hay que darle ese desdén, Desde dentro de su alma algo empezaba a arder, Comprendió, iluminaban más las llamas que el saber. Tridente en mano, se había convertido en Lucifer. Padre, esto no queda en punto y aparte, llegó la hora de vengarse, Por cada monaguillo de los tantos que engañaste, Empieza el ritual de abrirte en canal, Con la cruz como estandarte llego ya el punto y final. Llenando el cáliz, sin derramar una gota sangre, esto es arte, Estate tranquilo que aún no voy a matarte, La venganza avanza poco a poco, no te impacientes. Con la llama del cirio voy a incinerar lentamente tus partes. Con las hojas del libro sagrado te hago mil cortes entre tus falanges. Con el botafumeiro te doy en la cara hasta que te salten los dientes. Y entonces, ya lo entiendes, lo sientes en tus carnes. Ellos no olvidarán el dolor y el terror que sufrieron. Hoy ha vengado sus vidas satanás