Era Rodolfo un reno Que tenía la nariz Roja como la grana Y de un brillo singular. Todos sus compañeros Se reían sin parar; Y nuestro buen amigo No paraba de llorar. Pero Navidad llegó, Santa Claus bajó Y a Rodolfo lo eligió, Por su singular nariz. Tirando del trineo Fue Rodolfo sensación Y desde aquel momento, Toda burla se acabó.