Me enteré de una noticia que me hizo rabiar de asco, Era la historia de un reo condenado a la pena capital. Unos días antes de que terminara su agonía, Decidió el mismo que había que poner punto y final. Y lo intentó, pero la suerte no estaba con él. Y el Estado terrorista, sanguinario y despiadado Hace todo lo posible para que vuelva a vivir. Nadie escapa a la justicia ni pa irte al otro barrio, Cuando no tienes recursos la sentencia se ha de cumplir. Y es el poder el que ejecuta vilmente, Y es el poder el que decide sobre tu vida o tu muerte. Debe ser muy agradable ver como pasa la vida, Esperando a que un día decidan que tu hora llegó. En la horca, en la silla, a inyección o a quemarropa, Se termina la esperanza del que ciego en ella creyó