Cada amanecer la ciudad vomita Una gran masa gris de esclavos sin vida. Van a alimentar la máquina asesina Que controla el Gran Hermano que siempre les vigila. Caminan en silencio y con la mirada perdida En lejanos espejismos de dinero y opulencia. "El precio justo", "la quiniela", Objetivos a vida o muerte. Pisa fuerte y acelera que te toman la delantera. Tu semejante es un contrincante, ¡Llévatelo por delante! El que no te da vidilla Es ropa sucia, calderilla. El hombre es lobo para el hombre Y tú bien que lo asemejas, Repartiendo dentelladas Por un plato de lentejas.