Saben las piedras a este lado De porqué las manos lloran. Saben de cascos de caballos, De quien vive de deshoras. Saben del ruido del caer Del rocío en las pistolas. Saben que nunca han de volver Las pisadas de la aurora. Saben del dormir, Son el lecho del amor Cuando en las bocas no hay nada. Saben del triste deambular De las ruedas de los carros, De la miseria en el jergón, De soñar, cuchara y barro. Saben devolver, en las fosas del dolor, Las caricias del Corazón que rodando va Soñando ser piedra alada. Uuuuuuuuu y las lenguas ensuciadas Uuuuuuuuu de guijarros, de palabras, Uuuuuuuuu y las uñas empedradas. Y la libertad, en lo puños quiere ser El abrazo de La razón, que no entenderá De revolver el serrín, de desandar ni De fin, De flotar en aceite con sudor, De mañanas de gris. Saben las piedras caminar Sobre la sombra del hambre Cuando no las coge nadie.