Es difícil explicar el valor del alma más allá De la energía y la espiritualidad No cabe en palabras el instante En que una vida expira frente a ti A ti, a ti, te elegí sin un sentido No fue tu andar, no fue tu voz ni tu camino Mis pasos oirás detrás, creerás que lo imaginas A hurtadillas orarás, siempre será tarde para reaccionar No existe la deidad que evite el devenir cruel La maldición se irá de a poco, encajando el filo en tu piel Al cielo no se llegará con rezos Deja el ruego, no habrá retroceso Rompe lazos, mata el sentimiento Una y otra vez reviviré el momento Sé que no soy el único Que enfrenta a las voces Que arrinconan tu voluntad No siempre se vence No siempre se puede La única enmienda que puede absolverme Es experimentar la muerte en carne propia o diferente Atardecer, una tormenta que escampó en mi juventud Bucle que hiede a química y a soledad A cuestionar el abandono La realidad de nunca pertenecer a su realidad Confié en la luz que su figura no irradió Sobre mi cama, cada noche levitó Me cansé de llorar, rogándole piedad Reventando el corazón a trozos Sé que no soy el único Que enfrenta a las voces Que arrinconan tu voluntad Por ellas supe que mi suerte Sería experimentar la muerte En carne propia o diferente De nuevo aquí, el mismo aroma ¡No quiero mirar! Ahí está ella Con solo entrar, el recuerdo acciona No hay nada que hablar, ¡no me recuerda! Por cada golpe y cada vez que me humillé por tu querer Guardaré rabia que me hará más fuerte Te juro, he de regresar Y cada error, lo pagarás Renaceré de tus cenizas rojas Comprendo la dificultad de vivir en la realidad Hay más honor en tus mentiras Qué fácil te es señalar En vez de mirar el cristal ¡Reconoce que el monstruo dentro es tu invento! Ponte de pie y toma el arma, ¡intenta! ¡No me volverás a forzar! Pasa el tiempo y tu indecisión aumenta ¡No me volverás a forzar! Tu ego no tiene rival Por empujarme a este sentimiento que no venzo Entregarás tu sangre, me liberarás Y aunque no soy tu imagen y huyo de tu semejanza Entre las llamas arderá lo que nunca fue un hogar Al cobijo de la noche, te buscaré Vestido de sigilo, me acercaré Tú seguirás dormida, no escucharás Cuando no haya salida, despertarás El hierro muerde la carne, la hace vibrar Batiendo las alas, partes a la oscuridad Esparcida, el infierno te recibirá Mira cómo has escrito tu propio final Siento que en el solaz mi alma descansa Las voces callaron, recuerdo mi infancia Me siento pleno, tan capaz de buscar la nueva vida, lejos de su fantasma No habrá jamás libertad en un infierno Del que el demonio sigue siendo el dueño Podrás matar y destrozar cuanto quieras ¡El diablo corre en tus venas! Si quieres encontrar claridad y cordura de un instante Debes desenterrar a lo vive dentro de ti En ti, en ti, está escondido el secreto Toma el arma, deja que bese tu cuello Es difícil explicar el valor del alma más allá De la energía y la espiritualidad No cabe en palabras el instante En que una vida expira frente a ti ¡La única enmienda que puede absolverme Es experimentar la muerte en carne propia! Sé que no soy el único Que enfrenta a las voces Que arrinconan tu voluntad Sé que no soy el único Que enfrenta a las voces Que arrinconan tu voluntad No siempre se vence No siempre se quiere La única enmienda que puede absolverte Es experimentar la muerte en carne propia o diferente