Entre las brisas de los suburbios De un raffo opaco, de un Raffo oscuro, Vas a encontrarlo. El centinela de aquellos lados Parece tibio y algo apagado, Mas no ha de estarlo. No tiene pausas su vigilancia. Mientras tu duermes, él no descansa. Ha de cuidarte. Y aunque se extingan viejos valores, No tienen sitio los impostores. Porque su arte... Es resguardarnos de lo nocivo, Del atropello, de la injusticia, Del despotismo, de la avaricia, Y de la malicia del puto olvido. El sol se asoma a buscar su rastro. Todas las tardes, se dan un rato Y se conversan. Juegan un truco, queman sus penas. Mientras el hombre de la sirena Entra en escena. Les jode un poco que su soberbia Hace raíz en la negligencia Que ellos liberan. Y cuando el sol emprende su vuelta, Brinda en su nombre con una esbelta. Y se concentra... Porque la noche ha de ser el alba De los espectros y los fantasmas. Y sólo hay alguien por estas tierras Que sabe cómo aguarles la fiesta Mientras tu duermes, él está en vela Yo lo conozco, es el Centinela.