No debí pensar jamás En lograr tu corazón Y sin embargo te busqué Hasta que un día te encontré Y con mis besos te aturdí Sin importarme que eras buena... Tu ilusión fue de cristal, Se rompió cuando partí Pues nunca, nunca más volví... ¡Qué amarga fue tu pena! No te olvides de mí, De tu Gricel, Me dijiste al besar El Cristo aquel Y hoy que vivo enloquecido Porque no te olvidé Ni te acuerdas de mí... ¡Gricel! ¡Gricel! Y hoy que vivo enloquecido Porque no te olvidé Ni te acuerdas de mí... ¡Gricel! ¡Gricel!