Cuantas veces por vos He llegado a mentir En el nombre de Dios. No debiste callar Con un gesto feroz Por temor a gritar. No te quedes ni un minuto mas, Que mi vida ya no tiene paz. Pero al verte partir Con horror te abrazé Por temor a morir. Cuanta angustia, cuanta pena, Todo duele, todo quema. Y quema mas, y más y duele mas Las nieves de tu carne de azucena. Cuanta angustia, cuanta espanto, Es vivir queriendo tanto. Cuando la vida nos deja entre los brazos Un misero retazo de compasión. En mis horas sin Dios Las rodillas doblé Y recé por los dos. Fui pequeño, lo se, Como un alma sin luz Que no sueña ni ve. He jugado, el corazón perdí, Y la vida se negó, total, Hoy que debo pagar Ni me pongo a correr Ni me inclino a rezar. Cuanta angustia, cuanta pena, Todo duele, todo quema. Y quema mas, y más y duele mas Las nieves de tu carne de azucena. Cuanta angustia, cuanta espanto, Es vivir queriendo tanto. Cuando la vida nos deja entre los brazos Un misero retazo de compasión.