Desde lejos se te embroca, pelandruna abacanada, Que has nacido en la miseria de un cuartucho de arrabal... Pero hay algo que te vende, yo no sé si es la mirada, La manera de sentarte, de charlar, de estar parada O tu cuerpo acostumbrado a las pilchas de percal. Ese cuerpo que hoy te marca los compases tentadores Del candombe de algún tango en los brazos de un buen gil, Mientras triunfa tu silueta y tu traje de colores, Entre risas y piropos de muchachos seguidores Con el humo de los puros y el champán de Armenonville. Son mentiras, no fue un guapo haragán ni prepotente Ni shofica veterano el que al vicio te largó Vos rodaste por tu culpa y no fue inocentemente: Berretines de bacana que tenías en la mente Desde el día que un magnate de juguillo te engrupió.