Se divisa una tartana Con una mujer de negro Lleva en su rostro amargura Va con rumbo al cementerio A visitar a su esposo Y a sus dos hijos que han muerto Por una deuda de juego Macario mató a Ruperto Matarlos se le hizo poco Se le vino al pensamiento Matarle también los hijos Para quedar más contento Siempre las deudas de juego Se pagarán de algún modo Decía una madre llorando Que perdió su gran tesoro "¿Qué culpa tenían mis hijos? ¡Eso yo no lo perdono!" ♪ Vendió todo su ganado Y en la sierra de Durango Contrata a dos pistoleros Gente del Chueco Rolando Tráiganme vivo a Macario Yo misma voy a matarlo Desempolvo la pistola Que fue de su esposo amado Se fue al cruce de un camino Como lo tenía planeado Cuando llegaron dos hombres Con don Macario amarrado Le descargo la pistola Y al verlo que agonizaba Él todavía se movía A ella le quedaba rabia Para quitarle la vida Lo arrastro con la tartana