La noche cubre ya con su negro frescor De la ciudad, las calles se cruza la gente con pausada acción La luz artificial con débil proyección No viste a la penumbra que esconde en su sombra venganza y traición Después de laborar vuelve a su humilde hogar Ese triste plebeyo, el hijo del pueblo, el hombre que supo amar Y que sufriendo va esa infamante ley Llamando un aristócrata siendo un plebeyo él ("Trémulo de emoción", dice así en su canción) El amor siendo humano tiene algo de divino Amar no es un delito porque hasta dios amó Y si el cariño es puro y el deseo es sincero ¿Por qué robar me quieren la fe del corazón? Mi sangre aunque plebeya, también tiñe de rojo El alma en que se anida mi incomparable amor Ella de noble cuna y yo humilde plebeyo No es distinta la sangre, ni es otro el corazón Señor, ¿por qué los seres no son de igual valor? Mi sangre aunque plebeya, también tiñe de rojo El alma en que se anida mi incomparable amor Ella de noble cuna y yo humilde plebeyo No es distinta la sangre, ni es otro el corazón Señor, ¿por qué los seres no son de igual valor?