Para todos aquellos que están privados de su libertad Les dedica Jorge Véliz y Los Santiagueños de Oro ♪ ♪ Un domingo por la tarde Yo me fui a visitar A un amigo que está preso Según dice, por matar Lleva más de ocho años En ese horrible penal Sin saber si es que algún día Le darán la libertad Me abrazó muy fuertemente Luego se puso a llorar Comentó que nunca nadie Lo ha venido a visitar Que sentía un gran deseo De tener con quién hablar No dejó de agradecerme Y esta historia me contó Ella era todo para mí Ella fue el único ser Pero al verla en otros brazos De dos balazos la maté Y ahora la lloro sin consuelo Y en este encierro me voy a morir Ahora ella está en el cielo Que no se apiade, mi Dios, de mí ♪ Comentó muy tristemente Que no podía dormir Que al principio la soñaba Hasta escuchaba su voz Y una noche de tormenta Ante él se apareció Toda vestida de blanco En las manos del Señor La maté sin darme cuenta Embriagado de licor La justicia me condena Soy culpable, amigo, yo Fue un estado de locura Y tomé una decisión Ahora estoy encarcelado Sin tener perdón de Dios Ella era todo para mí Ella fue el único ser Pero al verla en otros brazos De dos balazos la maté Y ahora la lloro sin consuelo Y en este encierro me voy a morir Ahora ella está en el cielo Que no se apiade, mi Dios, de mí Para vos, amigo del alma La historia que me contaste, la hice canción