Hoy no voy a ir, donde debo ir Cerca del consejo Lo más pervertido de su risa al Sonreír, es librarme de eso No vengas por una canción Ni me digas adiós, otra vez Cuando estaba mal Y mis manos eran pasto enredado Me llevo a salir Por tus ojos como el mar congelado No vengas por una canción Ni molestes a dios, otra vez Y mis manos como el árbol vendado Y el aire que aviva el fuego cruzado No vengas por una canción Ni me digas adiós, otra vez Cargarán tus ojos El peso de mis lágrimas Caerá sobre tu cuello Mi nudo en la garganta Las cosas que creemos, De noche nos engañan Ni bien asoma el alba Se van con la mañana Ni bien asoma el alba, Mi tierra se desangra El agua del deshielo Nos salva un poco el alma Y ahí es cuando me atrevo A esperar por tu sonrisa Cruzando el cañadón, sin prisa.