Soy ese cantor, señores De profesión santiagueño Tengo el corazón amigo Y el alma llena de sueños Y una garganta cantora Para expresar lo que siento De chango me cobijaba La plaza grande del centro Allí lustraba zapatos De los señores del pueblo Y me ganaba la vida Sacando brillo a los cueros Amo el olor del chipaco Del mistol y el pan casero Por eso es que cuando canto Denuncio de donde vengo Porque hay en mi voz Aroma de Santiago del Estero Los cantores santiagueños Honramos a nuestra tierra Porque tenemos el alma Tallada en buena madera Y en el corazón llevamos Estirpes de chacarera Soy ese cantor, señores Embajador santiagueño De piel morena y curtida Por los infiernos de enero Y un corazón con espinas De los tunales bandeños Soy cantor de cielo abierto Gorrión de muy bajo vuelo Para no estar nunca lejos Del reclamo de mi pueblo Porque es un honor muy alto Ser un juglar santiagueño No hacen falta diccionarios Ni libros de geografía Para cantarle al paisaje Al hombre y a las salinas Y a las típicas costumbres De toda la tierra mía Los cantores santiagueños Honramos a nuestra tierra Porque tenemos el alma Tallada en buena madera Y en el corazón llevamos Estirpes de chacarera ¡Gracias!