Por la mañana yo dirijo mi alabanza a Dios que ha sido y es mi unica esperanza. Por la mañana yo le invoco con el alma y le suplico que me de su dulce calma. El nos escucha pues nos ama tanto y nos alivia de cualquier quebranto. Nos da su mano poderosa y fuerte para librarnos de la misma muerte. Brilla su luz bienechora mientras duermo. Pone su mano sobre mi si estoy enfermo. Me fortalece y alienta con esmero el es mi Dios mi redentor y es mi dueño Y al despertar por la mañana siento que Dios invade mi alma y pensamiento. Veo a Jesus mi redentor amado por mi pecado en una cruz clavado. Veo la sangre de sus manos que a brotado, veo la sangre borboteando en su costado. Una corona de espinas en su frente la multitud escarneciendole indolente. Pero que dicha cuando al cielo sube, lleno de gloria en majestuosa nube, El nos promete regresar de nuevo para llevarnos a vivir al cielo