Nadie te ha amado como este corazón, Nadie te ha dado un beso triste con ardor, Soy tu canción, tu salvación, El que custodia con espinas tu pasión. Yo quiero ser tu alma y tu fin, Un gran principio, tarde febril. Y es que a tus brazos siempre quiero regresar, Y la distancia no nos deja amanecer. Yo estoy aquí, tu estas allá, Deja que el fuego nos empiece a liberar. Hoy quiero ver, tu rostro y al fin, Tomar tu mano y tu perfil. Y es que la luna no conoce el sol de abril, Y nuestros cuerpos ya no pueden existir. Si tú te vas, si yo me voy, Deja que el tiempo nos abrace en su calor. Hoy te convoco a esta noche de perdón, Rezo en tu frente y me enredo en mi oración. Yo comprendí, que estar así, Es un puñal que nos impide coincidir.