La palmera levantina, La columna que camina. La palmera... la palmera... La palmera levantina, La que otea la marina, La mediterránea era. La que atrapa la primera Ráfaga de primavera La primera golondrina. La que araña los luceros Y se ciñe los encajes De las nubes a los zancos datileros. La que brinda sol en grano al verderol. La que se arroja de bruces contra el Sol. El magnífico incensario Que se mece solitario. La palmera... la palmera... Al final de una colina, Contra azul extraordinario... ¡la palmera levantina! La palmera lo primero Que vé el ojo marinero De los mares de Levante. La palmera la que encuna Al arcángel de la luna, ¡la palmera de Alicante! Vedla, fina, Palpitar en el confín. Vedla, presa, en la retina De Azorín. La palmera... la palmera... Como manos compañeras, Al dejar mis anchos valles Y marchar de una mentira bella en pos, como manos, Desde fondos de horizontes y colinas Me dijeron las palmeras Levantinas, "¡adiós!"