La mujer que al amor no se asoma no merece llamarse mujer, Es cual flor que no esparce su aroma, como un leño que no sabe arder. La pasión es un mágico idioma que con besos se debe aprender. Puesto que una mujer que no sabe querer no merece llamarse mujer. Una mujer debe ser, soñadora, coqueta y ardiente. Debe darse al amor con frenético ardor, Para ser una mujer Has vivido entre sombras dormida, sin sentir la más leve emoción Una vez te dijeron, queridd, y esa voz tu letargo quebró. Ahora quieres y sientes la vida, hoy tu alma comienza a vivir Puesto que una mujer que no sabe querer, no merece llamarse mujer. Una mujer debe ser, soñadora coqueta y ardiente. Debe darse al amor con frenético ardor, Para ser una mujer. (Transcribió: Edu Russo, Mar del Plata - Argentina)