Una fuente se abrió para mí, Del costado de Cristo el Señor; Agua y sangre manaban de ahí, Que libró de muerte al pecador. El de tal manera nos amó, Fue llevando al calvario la cruz; Por su sangre que ahí derramó, Nuestros ojos han visto la luz. Esa fuente te invita a ti, Si es que quieres tu alma salvar; Si a la fuente quieres acudir, Ahí puedes tus ropas lavar; Cristo el trono de gloria dejó, A la tierra vino a padecer; Y de humilde paje se cubrió, Cuando vino al pesebre a nacer. Abierta está, la fuente ya Venid sin precio a llevar; Venid sedientos, a tomar Agua del manantial. Esa fuente que a torrentes da, Quita el vicio y toda perdición; Es la roca Jesús mi salvador, Que a las almas da la salvación; Fluye agua de vida y poder, Y te puedes ahí sumergir; Tus pecados te puede lavar Y ya libre te manda a vivir. Abierta está, la fuente ya, Venid sin precio a llevar; Venid sedientos a tomar, Agua del manantial. Venid sedientos a tomar, Agua del manantial.