He venido a trabajar porque preciso del peso; Hay siete bocas que esperan allá en un rancho desierto. ¿Por qué me trata tan mal, si yo a usted no lo ofiendo? Sólo le pido trabajo a usted, que es dueño del pueblo. No me importa trabajar de sol a sol en enero, O si el invierno me tapa con sus escarchas los huesos. No ha de tener ni una queja, El cumplimiento es un credo que ha de quedar como herencia para esos Changos que tengo. ¿Cómo? ¿ Que no me dará nada de mi trabajo en el cerco? ¿Que ni para navidad podre manejar un peso, Y que si reclamo lo justo hará en mi nombre un aujero? Quédese adonde está, mal hombre, alma de cerdo. Cuando aprenda a respetar, Cuando sepa lo que vale el sudor de algún obrero, Recién podremos hablar con el respeto en el medio. ¿Por qué será que en la vida haya tantos desaciertos? Unos poblaos de virtudes, otros mezquinos y necios; Unos que mueren de a poco junto al dolor ajeno, Y otros que quitan el pan a los desnudos y hambrientos. Quédese adonde está; no me haga pecar, n O quiero mancharme con su sangre, que sólo sirve a los cuervos. Pero cuando le llegue la muerte, vestida de luto entero, Los diablos lo han de cargar para llevarlo al Infierno, Y veremos si la plata le sirve con su consuelo Pa' conseguir el perdón de ese Dios justo y eterno. Quédese adonde está; no dé ni un paso, le ruego. No vaya a ser que me olvide que soy un hombre e' respeto, Y con estas manos cayosas que sólo el pan Consiguieron, le demuestre que en la vida no sólo existe el dinero.