Yo era joven todavía Fue allá en el fortín Dolores Donde gauchos montadores Se llegaban ese día Inolvidables porfías De baluartes de respeto Y yo, caminante inquieto Aún guardo como un tesoro La estampa de Gomensoro montando el bayo de Oneto Fueron gloriosas topadas De jinetes de alto vuelo Lo conocí a Héctor Sotelo Que echó una gran jineteada En mis retinas grabadas Fueron quedando, por cierto Lo que en mis palabras vierto Lo que, de joven, viví Que los guardo para mí y en mi memoria no han muerto ♪ Una rueda inolvidable Terminó el vino el sorteo De una final que, hasta hoy, creo Casi ha sido inigualable Jinetes muy respetables Fueron a aquella jornada Para unas de esas topadas Fue Gomensoro a sacar Justo le vino a tocar el famoso: "Alma Endiablada" Un murmullo general Se oyó en la gente ese día Ya, de Cacho, se sabía Que era hombre internacional Y la fama del bagual Que aunque Torres lo había andado Seguía siendo respetado Y que no iba a aflojar Y esta vez iba a encontrar, un guapo del otro lado ♪ Con una pata, aflojando No se dejaba enrriendar Señal muy particular Pa'l que anduvo jineteando Y el público como esperando Al más precioso concierto Y un bruto y un hombre experto Se encontraban ese día Y los dos solos salían a medirse a campo abierto Ya era el anochecer Y entre tanta algarabía No se sabía quién perdía Ni quién podía vencer La gente que entró a correr Por detrás del reservado ¡Qué duelo tan respetado! Pero el apadrinador Dio el veredicto mejor, que Cacho le había ganado Muchos años han pasado Y recuerdo todavía Esa tremenda porfía Que nunca se había olvidado Un testimonio sagrado Que guardo con gran respeto Mantengo el mejor concepto Y a los dos los condecoro Al gran Cacho Gomensoro y al viejo bayo de Oneto