Tal vez hemos perdido la batalla, Un dejavú de perros otra vez, Un dejavú de malas voluntades, Y jueces que hoy escupen mi verdad Hoy han vuelto a cerrarme las fronteras, Mi carne ha vuelto a ser natividad, He vuelto a ser mendigo de mis sueños, He vuelto a tener ganas, he vuelto a tener ganas, He vuelto a tener ganas de matar. No importa si el color sobre mis venas es moreno, No importa si acompaño la caída del café, No importa si soy un mendigo, un puto callejero, Si soy nica, hondureño, si soy tico de Tibás. No importa si en la noche cuido carros para ustedes, No importa si en la carpio soy un nica indocument No importa si a tus hijos yo les canto las canciones Que allá detrás del río, que allá detrás del río, Que allá detrás del río he dejado de cantar. Dejavú mi vida, dejavú, ¿Quién soy? Tal vez el matador perdió conmigo la batalla, Pues esa sangre nunca se podrá lavar, I siempre en la ventana del recuerdo El rostro del muchacho le verá para mirar Que hay gente que se orina en las esquinas de los miedos, Que hay gente que te mata con la ley para vivir, Que hay gente que el domingo se arrepiente frente a Cristo Y libre de pecado vuelve a ser una vez más. Así es la soledad en la que vivo, Un dejavú de perros otra vez, Un carnaval de santos y demonios, Un carnaval de estúpida ilusión. Tal vez hemos perdido la batalla, Mi carne ha vuelto a ser natividad, No importa si a tus hijos yo les canto las canciones Que allá detrás del río, que allá detrás del río, Que allá detrás del río he dejado de cantar.