Veo en tus ojos un dolor profundo Lágrimas recorren tu mirada santa Sollozos y ruegos de pocos que claman "Ya no llores tanto, Mamá de mi alma" Te duelen los hijos de mirada impura Te hieren los hombres que por nada matan Una espada cruel descarna tu calma Ya no llores tanto, Mamá de mi alma Cuan sola te sientes, cuán abandonada ¡Si tan solo fuera fiel a tu dulce mirada! Te duele el profeta que la voz hoy calla Ya no llores tanto Deja que recoja tu llanto en mis manos Y que se convierta en tus alegrías Cuando yo te entregue mi vida completa Y escuches mi ruego y mis Ave Marías Tu alma, tu calma ¡Ya no llores tanto, Mamá de mi alma!