A la orilla del lago Cada mañana se le ve pasar Lleva prisa en su paso Pero su rostro es de serenidad Va buscando entre la muchedumbre a los que Él eligió Desde siempre ha soñado con ellos Y su momento llegó Fijó sus ojos en Pedro Y después, en su hermano Andrés Miró a Juan y a Santiago A Felipe y a Bartolomé Miró luego a Tomás y a Mateo Y Santiago el menor Miró a Simón y Judas Tadeo Y a Judas, que sería el traidor Una mirada que, llena de amor Les invita a la más grande misión Una mirada que, en ojos de un hombre Es la misma mirada de Dios Una mirada que llama a seguirle Y dejar atrás todo por Él Una mirada que cala hasta el alma Y da la fuerza para ser fiel ♪ Después de veinte siglos Sigue buscando en nuestra multitud Sigue mirando a los ojos Sigue invitando a amar en plenitud Ha colmado la vida de aquellos que ha querido llamar Son ya una fila incontable de héroes, que se han dejado mirar Una mirada que, llena de amor Les invita a la más grande misión Una mirada que, en ojos de un hombre Es la misma mirada de Dios Una mirada que llama a seguirle Y dejar atrás todo por Él Una mirada que cala hasta el alma Y da la fuerza para ser fiel Una mirada que, llena de amor Les invita a la más grande misión Una mirada que, en ojos de un hombre Es la misma mirada de Dios Una mirada que llama a seguirle Y dejar atrás todo por Él Una mirada que cala hasta el alma Y da la fuerza para ser fiel Una mirada que, llena de amor Les invita a la más grande misión Una mirada que, en ojos de un hombre Es la misma mirada de Dios