Anoche estuve soñando que hablaba con mis abuelos Y les pregunté llorando: qué puedo hacer por mi pueblo? Aquí ya no existe paz, aquí ya no hay libertad Aquí ya no pasa un día sin algo que lamentar Aquí el hermano traiciona y se ufana al traicionar Y el hermano va y nos vende y luego vuelve a cobrar Aquí el mundo está al revés, nadie quiere trabajar Y a las gentes que trabajan las arrasan sin piedad Al ladrón tratan señor y al señor como un pirata Del que hay que aplastar la flor y reventarle la mata Se volvió palabras Dios y hay sin hechos mil corbatas Y el amor es un amor en la medida en que pagan De la iglesia suya, abuelo ya casi no queda nada Los curas que no son santos la quieren manipulada El verde de las haciendas se cubrió de sangre y balas Y las nanas de los niños tabletean de metrallas Yo no quiero ser cobarde, usted me enseñó valor Por eso para quedarme quiero hallar la solución La sonrisa del abuelo no sé por qué me dio paz Y esperé por un momento que empezara a aconsejar Me dijo con miedo: mijo, no cambia lo que suceda Para integrar la familia haga todo lo que pueda No sea extranjero en su tierra, viva siempre como piensa Para que cargue tranquilo, livianita su conciencia Orgulloso de su raza practique su identidad Verá que con esto encaba la paz y la libertad Piense que si los dividen sobre ustedes reinarán Alrededor de su iglesia se encuentra la identidad Usted puede ser amigo de todo el que le parezca Pero hay que sacar del alma al que le siembra maleza Para que un día sin pena si a sus nietos aconseja Que lo acompañen sus himnos levantando su cabeza Anoche estuve soñando que hablaba con mis abuelos Y les pregunté llorando: qué puedo hacer por mi pueblo? Aquí ya no existe paz, aquí ya no hay libertad Aquí ya no queda nada que podamos controlar No se olvide nunca, mijo, que para ser buen hermano No hay que dar de lo que sobra, sino lo que está faltando No se amañe con colores ni banderas de apariencia Vote siempre por un hombre transparente de conciencia