Tiene los ojillos tristes y la mirada lejana,
Tiene la copla una pena, que ni con rimel de plata,
Brillan esos ojos verdes, verdes como la albahaca.
Dicen que ya no enamora, ni que se puede vender,
Te llamaban bien paga, bien paga fuiste mujer.
Que no se pierda en el tiempo, ni que se muera de pena, que la copla es la grandeza, la alegría y la tristeza y el alma de nuestra tierra.
Inspiraste a los pintores, y a aquellos buenos toreros,
Parecías inmaculada te dijeron no es verdad, te dijeron no es verdad,
Que no me pareces buena, triniá mi triniá.
Fuiste poesía torera, frente a las astas de un toro, frente a las astas de un toro,
Te llevo en el alma mía, capote de grana y oro.
Que no se pierda en el tiempo, ni que se muera de pena, que la copla es la grandeza, la alegría y la tristeza y el alma de nuestra tierra.
Siempre se llora de pena pero también por amor,
Y el llanto se lo aguanto, aunque muriera de pena, aunque muriera de pena,
Ay pena, ay pena, ay pena penita pena.
Y es que lloro por amor, con esos ojos de mora, con esos ojos de mora,
El saber de querer desgraciao que embrujo a la zarzamora.
Que no se pierda en el tiempo, ni que se muera de pena, que la copla es la grandeza, la alegría y la tristeza y el alma de nuestra tierra.
No debías de perderte, porque aun te hierve la sangre,
A mi me hierve también con el fuego de tu sed, con el fuego de tu sed,
Que esta quemando, que esta quemando mi piel.
Si algún día te perdieras, yo cumpliré esta condena, yo cumpliré esta condena,
Siempre a la verita tuya y hasta el día en que me muera.
Que no se pierda en el tiempo, ni que se muera de pena, que la copla es la grandeza, la alegría y la tristeza y el alma de nuestra tierra.
FIN