Antonio fue a las calles. Antonio dejó el campo Solo fue provisional, No esperaba tardar tanto Más bien prefería no ir. Es que he intentado y no me escuchan, O me escuchan y no me entienden, Más bien, no me quieren entender Que el tiempo se me acabó, comprende corazón. Ochomogo y mil ventanas. Lo han visto levantar su voz Y regresar cargado en homboros A la tierra en que vivió. ¿Qué hace en la calle un campesino? Botas sucias y sombrero, Si el asfalto es tan soberbio Que ni sangre como abono Lo ha podido fecundar. En las urnas de la catedral Faltará una papa de oro, La promesa se rompió, No es que Antonio la incumpliera, Es, que al fin, nadie la oyó. Ochomogo y miles de ventanas, lo han visto leantar su voz Y regresar cargado en hombros a la tierra en que vivió Antonio y mil Antonios, El asunto es de nunca acabar Eterno prestigio, estima y honor, hasta hoy, No ha pasado de canción.