Yo soy la sencilla mujer paraguaya de trenzas floridas Del templo del arte y vergel de natura yo traigo el amor Y en música pura la voz de una raza que vuelve a la vida Con ritmos que marcan el ave canora la estrella y la flor. Soy alma vibrante que va repartiendo sonoras caricias en el corazón de la América tengo mi agreste jardín me dio desde el cielo el trópico hermoso el sol de las Indias el fuego en que nace mi canto de ardiente pasión guaraní. Florece en mis labios melódico verbo de selva olorosa De azul arroyuelo de verde campiña y ciudad colonial Y vibra conmigo la cuerda del arpa riente y llorosa En dulce y alada canción de la tierra que aroma el yerbal. Yo pulso la lira que nunca enmudece y tiene una historia en lengua armoniosa de virgen artista heroica, y gentil y ritmo cantares que endulzan el santo dolor de mí gloria con miel de la patria de los azahares y del ñandutí.