Y sea por Dios que esa mujer se valla, Si el destino así lo quiere me tendre que conformar, Y sea por Dios que esa mujer me deje, Por que al cabo si la ruego valla a creer que vale mas. Y yo le di, mi corazón y mi alma, Pero vino un desgraciado nuestro amor a separar, Y la infeliz, que tanto yo adoraba, no supo nunca Agradecer todo mi afan. Y yo no soy, altivo ni orgulloso, Y jamas en el desquite pensara mi corazon, Pero hay un Dios, muy justo y poderoso, Que sin cuarta y sin azotes vengara tu vil traicion. Y sea por Dios, que esa mujer no vuelva, Por que al cabo si ella vuelve no la abre yo de querer, Y quiera Dios, que el otro la entretenga Y así me quito ya de tanto padecer.