Sueños que se van, no dicen donde...
Quizás a otro lugar, con alguien que duerma de noche.
Salgo a caminar y si me altera,
Destrozo la ciudad
Y dejo crecer la hierba.
Y nunca miro atrás.
Si me persigue la desobeciencia,
Busco tu frialdad y en el vinilo de un gato me espera.
Hoy quiero regresar dime si estás despierta.
No, no estás despierta para verme a mi.
Has perdido las ganas de volar,
Le dice el gorrión a la perdiz.
Piensátelo, me gustan las alturas como a ti,
Lo malo es que este cielo de cartón,
Está lleno de extraños para mi.
Plato de jamón que soy buen vino.
Me late el corazón,
Parece que sigo vivo.
Árboles sin ramas que susurren.
Traje y chaqueta para el ladrón que te consume,
El poquito valor
Que te quedó después de la tormenta,
Le cuesta mucho al sol
Secar las lágrimas de la tristeza,
Por eso alzo la voz
Y hasta que me revienta.
No, la luna se ha cansado ya de mi,
De ver andar al triste gorrión mirando como vuela la perdiz.
Se equivocó, las estrellas no eran para ti.
Buscas en tu cartera el corazón del pobre que intenta sobrevivir.
Por eso sigo buscando
La imaginación en charcos,
La paciencia en tus abrazos,
Lástima que no aprendí a vivir entre gusanos,
A disimular callado todo lo que no aprendí.
No, la luna se ha cansado ya de mi,
De ver andar al triste gorrión mirando como vuela la perdiz.
Se equivocó, las estrellas no eran para ti.
Buscas en tu cartera el corazón del pobre que intenta sobrevivir.
Por eso no...