éramos dos extraños, dos vidas por hacer Una estrella fugada, un incendio sin arder Tú buscabas tu destino, pero yo... Rompen fuertes las olas Cuando el mar es frío y cruel Pero juntos aprendimos pronto Que es mejor nadar hacia el vacío Que vivir dormidos sin atreverse a pasar Del cielo al espacio exterior De la oscuridad al resplandor De lo superficial a lo esencial No hay vuelta Mientras el cielo dormía, una luz iluminó Con castillos de fuego, nuestros rostros pálidos Amanecimos desnudos, Bañados en nervios y gotas de sudor Sabiendo que el miedo a escapar se diluye al caminar No esperes más Que suene tu voz Que se escuche tu verdad No, no... no esperes más Que suene tu voz Que retumbe tu verdad Del cielo al espacio exterior De la oscuridad al resplandor De lo superficial a lo esencial No hay vuelta. Del cielo al espacio exterior De la oscuridad al resplandor De lo superficial a lo esencial No hay vuelta.