Tímidos cuerpos se acercan deseoso.
El infierno viene a por nosotros, aquí estoy,
Dispara, muérdeme el cuello como solo tú sabes que me gusta.
Trepa por mi clavícula.
Te clavo las uñas, un suspiro,
Vaho entre las gafas para seguir gimiendo
Dos bestias enjauladas,
Dos especies en extinción,
Hacer de la cama pecado y bailar sobre ella.
Te arrimas a mis glúteos, uno, dos, tres azotes desesperados
Otro mordisco en la oreja, siento tu calor,
Una respiración entrecortada y hienas por testigo
Abrirse de piernas y de mente que el reloj de las
Doce en punto, tú dentro, tú fuera, una, dos, tres...
El jugueteo con los dedos, hacer de mis adentros tu cobijo
Gimo, suspiras, las gotas de sudor se aceleran,
El tiempo desaparece y acaricias mi pecho como castigo
Unos muslos olvidados te abrazan fuerte,
Las venas a flor de piel,
El movimiento como las olas para volverse estallido
Aullamos a la luna en celo, las marcas se vuelven rutina,
Me tapas la boca, cerramos los ojos,
De nosotros sale fuego capaz de derretir cualquier volcán
Un suspiro y el grito de después.
Mirarse a los ojos, clavar bandera y estaca,
Apretar los dientes y la boca abierta a juego con los muslos
Nos hacemos uno, viajas por mi cuerpo, el tembleque de piernas
Más rápido, más fuerte,
Más intenso el vaho que empañe el cristal para
Luego tocar l última sinfonía hasta la mascletá final.
Pum, sin frenos estrellarnos en la curva y de nuevo el silencio
Confundirme con tus pupilas,
Una sonrisa tímida, hemos llegado a la luna sin problema
Dejarnos en los huesos, ya no hay más para soltar,
Arroparnos, el cigarrillo de después y seguir mirándonos a los ojos
El placer como religión, recordar nuestra última jugada.
Metimos gol y de nuevo las sábanas en lo alto. ¿Repetimos?
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