Cuando el invierno pasa y llega una primavera igual De fría te preguntas por qué sigues inerte a la vida. Quizás es que te echo de menos por haberte querido de más Y hoy tengo huecos vacíos que buscan tu nombre desesperados. Es normal pensarte cuando no te tengo, nunca fuiste mío ni de nadie, Pero entiende que de todo lo que creamos Aún quedan cenizas que nunca acabarán en llama. Lo sé, lo sabemos. Hay fuegos que se extinguen sin Pedirlo por muy pirómano que sea el amor. Te echo de menos, me gustaría saber de ti. Ver cómo te ha ido la vida en todo este Tiempo, mirarte a los ojos una vez más... Y pasar página. Que sé que te tengo completamente Superado pero no puedo evitar pensarte. De vez en cuando. Y no es malo, es sano. Recordar aquello que te hizo feliz es una Bonita terapia que hay que saber cuándo parar. Y tú, ¿te acuerdas de mí? No sé, no quiero un 'te quiero' que me sepa a poco ni un 'volvería a Por ti' porque lo nuestro, Si acabó es por algo y ambos sabemos muy bien el porqué. Pero te echo de menos... Me acuerdo de ti por las noches o Cuando la mente me juega una mala pasada. Y no es malo, repito que no es malo. Porque si hubo algo bonito se quedará en mi cabeza para Toda la vida hasta que en vida y muerte se me vaya por completo. Te he querido, lo confieso, pero como dije en su día, Ahora merecemos vidas separadas con terceras personas que apuesten Por nosotros aunque eso no dejará en la Sombra que te recuerdo aunque no estés. Te echo de menos cuando me preguntan qué es de ti Y de tu presente, los porqués y los desde cuándo. Pero mira, he aprendido a estar tan bien sola que simplemente deseo Que seas feliz, no quiero que vuelvas, Solo que aproveches el tiempo que conmigo no ocupaste. Que te llenen esos agujeros negros que no supe hacer míos... Pero Te echo de menos... Aunque nos hayamos echado el uno de la vida del otro.