Aquella luna pesaba como un mes, Tus ronroneos arañaron la calma Me mordiste los labios Sellando una carta Que nunca perderé. Tu aliento mariposa, luego huracan Que aviva nuestro verano Fue una noche de San Juan La que fuimos bomberos, Pirómanos, pioneros, Que se dejaron quemar. Y ahora me hielo Y vivo muerto Al intuir que no habrá un minuto, De acá al infinito, Que no te eche más de menos. Y ahora desmiento A mi silencio Al sospechar que no habrá ni un segundo, De acá al infinito, Que no te eche más de menos. ... Tu la sirena, yo el timonel, Que puso el norte en los confines de tu piel Robinson encantado De estar embarrancado Y sin ganas de volver Cantan los lobos Que hay que aprovechar Las pocas calmas que te presta el mar Y ayer fiel despistado Que hoy se ve casado con la fea soledad Y ahora me hielo Y vivo muerto Al intuir que no habrá un minuto, De acá al infinito, Que no te eche más de menos. Y ahora desmiento A mi silencio Al sospechar que no habrá ni un segundo, De acá al infinito, Que no te eche más de menos.