Ya no señalas el ruido Que se antepone a la calma Ya no separas el trigo del brillo Que deja las luces del alba Es implacable el Olvido Cuando ha hecho nido en el alma Ya nada tiene sentido Sos un granito de arena en la palma Tus palabras se ocupan de acumular Ternuras de contrabando ¿Y ahora te pasas el día pensando en qué? Pasas el día pensando Y le he cantando a la lluvia Y le he gritado a las nubes Para que apague mi sed con las gotas remotas que bajan y suben Y he regresado a la casa En la que el tiempo detuve Y me he subido a la rama Y abriendo las alas prendí aquellas luces Si es verdad que hay una voz para cada melodía Pero no un dios omnipotente que todo lo guía Y si es verdad que hay un niño todavía Removiendo las arenas con madera de otro día En mi se aloja, feliz y despreocupado Pero me enoja, ver el mundo desojado Hay un jardín dentro de mi que jamás dejé de lado Apreté los puños, los abrí y había en mi mano Semillas de amapola y café en grano Para adormecer la Luna que sola a asolado Las esquinas de la cama donde un cuerpo derrotado Desea por la mañana desvelarse a tu costado Te he contado, a medias tintas lo que vi Cuando me fui del redil del ganado Lo que gané fue lo que no perdí Ahora soy flor de lis en el medio de un prado Y le he cantando a la lluvia Y le he gritado a las nubes Para que apague mi sed con las gotas remotas que bajan y suben Y he regresado a la casa En la que el tiempo detuve Y me he subido a la rama Y abriendo las alas prendí aquellas luces