Estaba en mí el amor, como el dolor me temo Como el mate amargo, el trago eterno Haré correr el agua hasta que sea invierno No dejaré que hierva y llenaré el termo Me propuse hacer un viaje, una excursión No hay excusa, abusa de mí la pasión En cada canción guardé un fragmento Y ahora sigo el tempo, rápido o lento Sin templo, ni dios, ni empresa: vas a perder la cabeza ¡Y que seas tú quién lo dice medusa! Dejándome de piedra Haciendo que me esconda tras la hiedra Bailan serpientes bajo la blusa Lo entendí: el mundo no acaba ni empieza en mí Y esa es la única verdad para ser feliz No necesito más, yo lo quise así. En el espejo estabas tú: Sacándome la lengua, poniendo caras Y yo siempre pintado del mismo azul Acuchillando el tiempo con esta cuchara El que nos une y el que nos separa El que presume de manera ufana O el que se pierde cuando se muerde una manzana Y no es de pecado que está envenenada ¿Quieres probarla? Yo tengo un almacén La historia que te cuento sé que suena rara Por suerte la tuya también: No tenías para el taxi, seguiste a pie Perdiste el autobús, te subiste a un tren Apagaste la luz y me viste bien Has liberado al último rehén. Te idealicé como agua en el desierto Lo fácil era echar la culpa al café O a la sed que tenemos todos de estar en lo cierto Con esta manía de hablar a la vez Qué poco se puede escuchar de lo que dice el alma La mía está dispuesta a luchar sin levantarse en armas Para despegar voy a desarmarme Para despertar sin dejar sonar la alarma Dejaré un rastro de más de mil migas de pan Hasta que al fin el marfil arda Y entre mis manos se acueste este huracán De mobiliario y emociones en volandas Que arranca tejados y los levanta al cielo Yo desde abajo me despido agitando un pañuelo En un andén o un embarcadero yo te escribo Desafinado sobrevivo en un loco bolero Rebelado, revelando negativos Te he velado, como al tiempo que he perdido Entelado, en tela de juicio y fugitivo Sin piedad, de la libertad cautivo En este imaginario colectivo, sabes bien Que hay un recuerdo para cada olvido El mío tenía un patio y también olivos En la cabeza algún carancho y varios motivos... ¿Subes al nido? No puedo oírte bien La canción que silba me sirve de abrigo Ojalá que la mía también No tenía para un taxi, anduve a pie Mientras dejaba semillas en un jardín zen Me pasaron por encima, como pasa un tren Las viejas melodías, los días también