En el espejo mis ojos son un portal, Del otro lado hay un lago Donde me baña un sol meridional. Sale la luna al final, me habla de dunas y sal... ¡Sofía santa, a ti te canta cualquier animal! Ya hemos llegado, esta es la puerta del hostal. Estoy al lado por si tal, igual te mando una postal... Yo que perdí las llaves de nuestro hospital: Unas haciéndome el muerto y otras tan vital... Cuando me acuerdo me suelo enredar, Si no recuerdo mal nací en el puerto, El viento de mi mal trajo desierto al arrabal. Es una excusa, Medusa, tu don bizarro... ¡Quédate la piedra, lluéveme, vuélveme barro! Más corres, más pedaleo, más socorro, más deseo... Y se me ocurre en lo que transcurre un pestañeo. ¿En tu aurora bailan solas amapolas? Yo te creo. ¿Me devoras ahora o mejor a la hora del recreo? Pero creo que ya no estás en los libros que leo, O no te veo, está difícil con este mareo; Estalactitas que palpitan con el tambaleo, Cuando gritan dejo que derritan mi liceo. Amor por correspondencia o por sorteo, Como ciencia o como trofeo, suena igual de feo... No entiende mi nube hasta que sube, Recuerdo alguna gris en la que estuve, Mi soledad habla en hebreo... Hay algo de verde en mis ojos porque ella me lo dijo, En su mirada ajena mi escondrijo. Sé que es mi cama porque no la elijo; Sé que si llama acaba en drama fijo: Ella hecha un Sáhara y yo un amasijo. Virgen de la paz y el regocijo: Cuida de mi madre y de sus hijos... Dale pan al pobre y hambre al rico, aunque sea por un rato, Y al gato la luna de arrabales y arrebatos Que pide a gritos, yo a alguno le recito El amanecer en verso hasta que empieza y me derrito... Llega por donde esperaba, pero no sabe a nada. Se va donde lo buscaba y lo malo es que acaba Demasiado pronto... Un clavo más y me desmonto, ¡Este frío, si es el mío, yo lo afronto! Demasiado pronto. Un clavo más y me dispongo A romper la carta y cambiar de asunto.